jueves, 23 de septiembre de 2010

La señal divina no aparecía por ningún lado,
entonces tuvo que empezar a creer más en él
y menos en los milagros.

Luego, se hizo el milagro.

2 comentarios:

Silvia Fortin dijo...

ciertisimo!! :)

Ais. dijo...

Pero que hermoso blog!
Te estaré leyendo.

Saludos,
Ais.