miércoles, 29 de diciembre de 2010

LOS TIGRES NO COMEN DE LA MANO DE NADIE,
ASI QUE LO HUBIERAS APROVECHADO.
CUANDO TE VEA FIJAMENTE,
TRATARAS EN VANO NO SENTIR MIEDO.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Adormecido por voces suaves
que estaban guiando mis pasos.
La mística luna azul estaba serena,
mi sonrisa se reflejaba en los movimientos
suaves del agua donde la contemplaba fija, iluminándome.
Los luceros más cercanos me contaban historias al revés,
como si trataran de probarme desde ahora hacia atrás
en el tiempo, hasta llegar a mi principio desconocido,
para entregarme por fin su calma en las noches sin luz.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Por un si, un vida.

Por un no, una vida.

Por un talvez, un corazón despedazado.

Si no hay respuesta, una vida a medias.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

"Muchos han muerto por mi, ninguno ha vuelto caminando por este camino, seguramente ese será también su destino, al igual que el resto." -Pero esta vez, sus palabras las estaba escuchando el que ha sabido morir y volver a la vida, el que ha sabido quemarse de noche y reaparecer de día.

martes, 21 de diciembre de 2010

Es verdad. Te juro que es verdad. Ya no hay más, te lo prometo. No hay nada más que contar. No es así. ¿Me lo tengo que inventar?. No es cierto. No pasó nada. Ya te lo conté todo. Confía en mi. Creeme. Yo jamás te voy a mentir. Te estoy diciendo la verdad. No. Para nada. Mirame a los ojos, te lo juro. Eres todo para mi, jamás te mentiría. No fue así. No. No es mentira. Creeme porfavor. Yo no soy así. Yo no miento. No soy una mala mujer. Aún viendo sus pupilas dilatadas por la droga, el pobre infeliz decidió creerle. Y por supuesto, siguió cegado y enredado en en la tela de las mentiras por mucho, mucho tiempo.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Quiso exorcisarse del amor de su vida y de sus ideas,
quiso arrancarse sobrenaturalmente su olor y recuerdos,
pero no se dio cuenta que su encuentro no fue una maldición,
sino una rareza, un verdadero regalo del cielo al que terminó
sepultando con sus palabras engañosas y con sus propósitos
escondidos. De esa forma, terminó poseída para siempre
de un amor que jamás se volvería a repetir.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Había una vez un hombre hecho
de ilusiones, carne, ideas y hueso.
Un día perdió las ilusiones,
pero sus ideas mantuvieron vivo su cuerpo.
Cuando llegó la mejor de ellas,
lo arriesgó todo por cumplirla,
aún sabiendo que podía quedarse exiliado en la nada
por culpa de alguna neurona eufórica
o alguna palabra puesta en libertad por error.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Si la verdad estuviera en el fondo del mar,
me ataría una piedra al cuello y me iría a buscarla.
Sólo,
frío,
débil,
doblegado,
engañado,
desengañado,
triste,
dolido,
amargado,
olvidado,
insultado,
borrado,
perdido,
embrujado,
y con brazas
atrás del esternón.
Aún así,
se que volveré a renacer,
pero no tengo idea de cuando.
Un si, era un si a medias,
un no, era un si,
un silencio era un si,
una explicación era un si,
si habían lágrimas también era un si,
si habían gritos era un si.
Maldita respuesta sincera,
se te olvidaron las palabras correctas
y te hundiste en el NO.
¿En donde estará la mina de las verdades?
yo me volvería minero y me quedaría explotándola.

martes, 14 de diciembre de 2010

Es una avalancha de impulsos, sin embargo no me puedo mover. Gotas frías de sudor en mi costado, el aire se me escapa de los pulmones. Pienso que está temblando, pero soy sólo yo el que tambalea. Dolores hepáticos, vista nublada, dolor de pecho. Miedo a perder, ganas inútiles de ganar, deseos de paz. Eso de tener cuerpo es rejodido, creo que voy a devolverlo para seguir siendo un aura turquesa que toma el sol en la playa sin necesidad de bloqueador. Más tarde si me dan ganas de ser masoquista lo vuelvo a alquilar.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Me dió un poco de cosa el hecho de saber que pude haberle dado algo de dinero y no lo hice, así que regresé. El sol ya se estaba ocultando, había frío, olor a humo de camioneta y los rótulos neón habían empezado a encenderse en los locales de la avenida. Tenía ganas de un par de cervezas, pero no fui por ellas hasta encontrar al chiquitín y darle la plata que necesitaba. Lo encontré sentado en unas gradas, sus ojitos estaban cristalizados, me pareció que quería llorar, le pregunté por su familia y aparentemente no tenía, le pregunté si quería venir conmigo y me hizo una carita tan tierna que lo tomé de la mano y me lo llevé.

No sé si debí haberlo llevado allí, pero lo senté a mi lado en la barra, el lugar estaba vacío. Pedí una cerveza oscura, a él le pedí unas empanadas y una coca cola. Me contó historias en blanco y negro que se me hacían encarnadamente parte de mis propios recuerdos, me perforaban los oídos y llegaban sin misericordia al nido de mis sentimientos.

No pude más, sus palabras inocentes encontraron un descomunal río subterráneo de lágrimas en mi alma de animal. No quería que me vieran llorando, no era nada cómodo ver a un tipo como yo, llorando en silencio frente a un muchachito. Me levanté varias veces al baño, pero fué inútil, cada vez regresaba con los ojos aún más rojos e hinchados. Regresaba rápido, supongo que lo hacía por estar pendiente de cuidarlo y ver que nadie se metiera con él.

Con sus apenas cinco años me dijo: “¿Estás llorando por tu mamá y por tu papá?, seamos amigos y yo te voy a cuidar”, sentí que me había encontrado a mi mismo, entre sus palabras, sentí que ese chiquito había venido del pasado a mi camino. Le dije: “Papito, desde hoy tu y yo somos amigos, yo te voy a cuidar siempre”, lo abracé y se refugió en mi cuello. Su carita estaba fría, parecía un perrito, tenía un olor como leña quemada muy familiar y se terminó mezclando con mi olor a Jean Paul Gaultier evaporado.

Cuando le empezó a llegar mi afecto, tomó más confianza y me abrazó como al papá que algún día lo abandonó, sentí que esa personita había encontrado lo que un día perdió, y justo fue allí cuando sutilmente su imagen volvió a mi interior, su ser volvió a mis recuerdos donde eventualmente saldría para abrazarme y hablar conmigo.

Esa noche, me quedé solo en el bar de la esquina, abrazando mi bufanda con mi imaginación en carne viva. El me dió las buenas noches, me dió un beso y se fué a dormir a su casita tibia escondida en mi corazón.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Una noche el cielo se nubló y empezó a tronar.
No tenía un lugar para cubrirme, así que seguí caminado.
La lluvia de estrellas me empapó con luces, chispas y deseos.
Aún hoy sigo estilando.

viernes, 3 de diciembre de 2010

La marea me trajo un ancla,
no sé como llegó a la arena,
antigua, oxidada y colosal,
me la guardé en la bolsa del pantalón.
Más tarde me hice una cadena
con el dige de seicientas libras.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Ellos se fueron sin mostrarme
el camino a tu nido,
pero yo sabré como encontrarlo.

Paloma petenera,
mis abuelos me contaron de ti,
me dijeron de donde venías.

Soñaba con verte con tus alas abiertas,
con escuchar tu canto,
con verte entre mis propias ramas
con tus collarines de color.

Te esperé toda la vida
pero nunca llegaste,
me conformé con las historias
de tu vida silvestre no muy lejana.

Te tuvieron atrapada en una jaula,
querían que les enseñaras a volar,
pero olvidaron que los estupidos
no aprenden a elevarse nunca.

Hicimos un intercambio,
tu libertad por mi olvido,
así estarás de vuelta en tu bosque,
un bosque menos cruel que el mío.

Inclina tus ojos hacia abajo
y mira como mi escencia salvaje te busca
dejando melancólicas huellas ilegibles
en este camino desesperado.

Ten paciencia, tarde o temprano
estaré hechado al pie del árbol
donde vivías soñandome.

Cierra tus ojos por un tiempo,
el tiempo que tarde en encontrarte de nuevo.