miércoles, 1 de septiembre de 2010

La llave

Estuve encerrado en la oscuridad de una carta sin empezar.
Caminé hacia esa puerta buscándo la salida,
pero la puerta cambió de lugar.
Lo hice varias veces y la puerta se alejaba de mí.
Un día la puerta se me acercó, y aunque su madera tocó
suavemente mis labios fríos,
yo ya me había tragado la llave.

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