Estuve encerrado en la oscuridad de una carta sin empezar.
Caminé hacia esa puerta buscándo la salida,
pero la puerta cambió de lugar.
Lo hice varias veces y la puerta se alejaba de mí.
Un día la puerta se me acercó, y aunque su madera tocó
suavemente mis labios fríos,
yo ya me había tragado la llave.
Hace 2 meses
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