martes, 31 de mayo de 2011

Salí a bañarme al aguacero, allí encontré tu silueta desnuda, llenándose la boca con granizo y mi nombre.
El cielo gris oscuro, tronando en canciones desconocidas,
empieza el aguacero torrencial, no se escucha nada más.
Mil bocas sedientas abiertas al cielo, entre ellas una cerrada,
hambrienta.

lunes, 30 de mayo de 2011

Entiendo esos momentos, y en ellos interpreto el aire que respiras, así casi logro descifrar el aire que devuelves. Se que la mayoría de tus sombras a veces huyen y a veces vuelven, bajo la planta de tus pies, bajo la tinta, bajo tus letras electrónicas. Esas tardes de domingo, sirven más para matarnos que para distraernos, sirven más para hundirnos que para sacarnos a flote, pero es en el fondo donde se encuentran los tesoros, y es también, en esa muerte paulatina, donde se encuentra el misterio de la serenidad eterna.

viernes, 27 de mayo de 2011

Hay un veneno del que no se puede sanar nunca, es como una prisión de la que no hay salida, es una maldición bendita que amarra los sentimientos con un absorbente masoquismo crónico, y le da a la razón, la certeza firme de que no habría electricidad en otro cuerpo.
Las manos ásperas, aún con ese aroma dulce, la lluvia empapando de abajo hacia arriba, un encendedor que ya no enciende, un poema que no se deja construír, mucho menos pronunciar, un boceto de amor que desea un motivo para nacer y un freno que ya no puede frenar nada.

jueves, 26 de mayo de 2011

Lloras porque ya no tienes lágrimas, lloras porque tus motivos echaron ancla.

Suspiras porque tus palabras se estrellaron en la misma muralla, porque tus sollozos permanecen en la almohada mientras las sombras siguen ahogándose en tu habitación.

Sueñas con hechos descompuestos a tu favor, con labios húmedos que desean tu cuello en silencio, y con una historia diferente que se mete por tus poros para llegarte al alma.

Recuerdas las horas que debieron congelarse en el tiempo, los hechos que un día te llenaron de vida, recuerdas aquella mirada fija y las pausas benditas en la conversación, mientras la tormenta se desnudaba sin verguenza frente a nosotros.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Quédate pero no vuelvas más,
muere de una vez, y vivirás sin fin,
escóndete, y así podrás mostrarte,
olvidalo todo, para poder recordarlo siempre.
Las "estrellas fugaces" con las que solemos pedir deseos, resultan ser a veces solo las colillas encendidas de cigarro del piso de arriba...

lunes, 23 de mayo de 2011

Vuelve aquí, baja del cielo luna triste, dejaré que tu luz ilumine solo mi cuerpo. Nos quedaremos durmiendo mientras el mundo se cae afuera de nuestra cama. Seca tus lágrimas con mi piel, súbete a mi pecho, esconde tu nariz en mi cuello, calienta tus dedos en mi ombligo, usaremos tu cabello como sábana para cubrirnos. Voy a dormirte con un tamborcito suave que susurra siempre pum pum, pum pum, y prometo que no te levantarás nunca de mí.
Entre los escombros de nosotros mismos, entre tantas historias marchitas, florece impune una idea vaga que empieza a hechar raíz en la indiferencia. Se alimenta de nuestra sangre burlada y empieza a vivir saboreando nuestros múltiples dolores irrelevantes. Esa idea aprende a disfrutar los sollozos del viento, al ver nuestras intenciones inertes de levantarnos. Esa idea nos levanta a la fuerza, esa idea que surge de pronto del pozo profundo y nos arrastra a respirar.
Dejas los libros sobre la mesa y algunos platos sucios en la cocina. La madera cruje con tus pasos, te descalzas y te acuestas sin quitarte la ropa, te acomodas a la par de su lugar vacío, un lugar que aún conserva su olor. Cierras los ojos, talvez de cansancio, talvez de costumbre, pero te desvaneces lentamente en una espiral que se va oscureciendo, como granizo tibio de sueños, hasta que logras ver lo que nunca fué, lo que desearías que fuera y lo que talvez nunca pase, y así, en ese estado catatónico despertamos ambos, aquí y allá, tratando de escapar momentáneamente de nosotros mismos por ser tan reales y crudos, como un sí o un no.

martes, 17 de mayo de 2011

No sentí cuando te fuiste, tampoco sentí cuando llegaste, lo único que intenté fue abrazarte hasta que se hiciera de día. Luna plateada, sigue visitándome, sigue acostándote conmigo.

lunes, 16 de mayo de 2011

Plik,
plik,
plik,
plik,
sonaba la gotera.

De pronto salió el sol
y evaporó el agua.

Entonces por el mismo agujero,
empezó a entrar un rayo maravilloso de sol tibio
que iluminó todo el interior de aquella historia.
Allí, donde ya estuvimos y ahora no más, están las sensaciones botadas por todas partes, unas a la vista, otras ocultas. Sigo siendo el imán de los metales corroídos, el auto sigue repleto de humo azúl, el frío que se cuela por la ventana, los ojos abiertos, los sentidos cabales, restaurados por la fuerza del bendito desengaño. Hoy las historias siguen sonando irónicas, cada vez más oscuras, versiones cada vez más débiles y confusas para aceptar, pero al mismo tiempo, nos dejan el alivio proyectado en una sonrisa etílica.

viernes, 13 de mayo de 2011

Otra definición aceptable para el término Masoquista, es toda aquella persona que sabe cuál es la solución de su dolor y la ignora por miedo o por orgullo, causándose a sí mismo un daño irreparable.
El manual de las historias ocultas, un libro aparentemente sin final, del cuál nunca debió haber salido para tratar de negarlo, después de todo, el libro en sí, era su propia vida.

jueves, 12 de mayo de 2011

Así se siente cada capítulo, como si nuestras venas fueran cañones que escupen a la nada, a la ausencia, a los retazos de los recuerdos, recordados a nuestra propia manera y gana. Venas que escupen sangre, nostalgia y vulgaridades al rostro del viento que no volverá.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Lenguas que nos sangran la piel al lamernos, manos que nos embrujan con dolor y caricias, labios que saben curarnos para mantenernos vivos.

lunes, 9 de mayo de 2011

Voces desnudas que hacen el amor leyendo textos, que se aman contestándose a sí mismas, que se visten solo en el silencio y que saben callar cuando es hora de morir.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Expectadores de lo que no sucede, guardianes de un futuro sin intenciones de ocurrir, celosos del pasado, amantes de la soledad, poemas sin inspiración, insultos al viento y sin destino, verdades que se hunden por su propio peso, eso parecemos por momentos, mientras los días descarados se aprovechan manoseándonos la razón y las noches nostálgicas nos desnudan a la fuerza.
En cada reencarnación tuya encuentro algo parecido a esa mirada ficticia, siempre hay algo que permanece presente, en cada voz y en cada rostro. Jamás te vi desnuda, pero en cada cuerpo hay algo del tuyo, algo de tu sabor y olor, sobre todo cuando me falta el aire enmedio de los latidos ardientes y tu nombre se me sale a la fuerza por la garganta aunque me muerda la lengua. Esperanza, siempre serás mi fantasma inolvidable, mi fantasma irrepetible, mi recuerdo inevitable.
El calabozo podría estar en ambos lados, del lado de la libertad, o del encierro en sí.

lunes, 2 de mayo de 2011

Alas dichosas, alas divinas con fuerza propia, que son capaces de alejarnos a la fuerza de donde estamos muriendo, ciegos en nuestra fe, ciegos en nuestro error.