Así se siente cada capítulo, como si nuestras venas fueran cañones que escupen a la nada, a la ausencia, a los retazos de los recuerdos, recordados a nuestra propia manera y gana. Venas que escupen sangre, nostalgia y vulgaridades al rostro del viento que no volverá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario