miércoles, 4 de mayo de 2011

En cada reencarnación tuya encuentro algo parecido a esa mirada ficticia, siempre hay algo que permanece presente, en cada voz y en cada rostro. Jamás te vi desnuda, pero en cada cuerpo hay algo del tuyo, algo de tu sabor y olor, sobre todo cuando me falta el aire enmedio de los latidos ardientes y tu nombre se me sale a la fuerza por la garganta aunque me muerda la lengua. Esperanza, siempre serás mi fantasma inolvidable, mi fantasma irrepetible, mi recuerdo inevitable.

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