miércoles, 19 de enero de 2011

Arde hasta que se olvida, como una quemada, recuerdos ilusos al fin. Conté cinco cuerpos, pero en realidad se que fueron muchos más. He logrado desarrollar ocho sentidos, el pensamiento es uno de ellos. Así vamos a dejar esto, sin explicaciones, sin demostraciones, sin luces y chispas, con soluciones utópicas ya gastadas, con ganas de evitarlo todo y sin ganas de aceptar nada. Quedémonos pensando en las sombras naranja que atraviezan paredes, en esas que a veces nos seguían, y que no emanaban de una casa sino de un corazón, en esos fantasmas que temblaban de miedo cada vez que volvía.

No hay comentarios: