Se bañó en fuego en la cascada de los sentimientos,
se purificó de sus miedos estúpidos con sus palabras sinceras,
y así, la naucea de las dudas quedó sepultada para siempre
junto a esas cartas ajenas.
Entonces despertó a la paz guiado por el aliento dulce
de sus promesas, y cuando estuvo limpio de todo temor,
se entregó a sus brazos para darle a ojos cerrados lo que nadie
antes había tenido de El.
1 comentario:
Creo que necesito algo parecido.
Purificar miedos estúpidos y creo que lo haré como tu personaje en cuestión; dejaré de tragarme las palabras sinceras.
Los relatos micro son de mis preferidos. Con tan poco, dejan mil sabores.
Un abrazo.
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