Recorrió algo del mundo buscando y aprendiendo
para encontrar lo que estuvo siempre aquí.
Le escribió cartas sin saber su nombre y sin haber
visto sus ojos profundos.
Lo veía en sus secretas visiones nostálgicas,
lo veía tocando sus labios y su tatuaje.
Lo sintió en su piel, lo sintió en cada latido,
hasta que lo encontró esperando por ella,
escondido un domingo en su propia cercanía,
apretando su mano y encendiéndole el corazón.
Hace 3 meses
2 comentarios:
Que dichosa es ella que te encontro a ti.
Todo se va abloquelando de una manera exacta hasta que las agujas del tiempo decretan que es el momento del hecho, el momento de la primera mirada.
Saludos
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