Las palabras escurridizas se me habían
caído entre las líneas del cuaderno,
no pude sacarlas de allí, creo que habría
sido más fácil sacarlas del interior de un volcán.
Mi lápiz se había declarado en huelga,
mi mente seguía en blanco, divagando
en ese espacio infinito, viendo su rostro,
llenándome de su sonrisa.
Lo único que hubiese querido escribir
es que a veces nos convertimos
en una promesa que implora
ser jurada.
Hace 2 meses
1 comentario:
La madrugada tiene estas cosas maravillosas..., me encanto que hayas pasado por mi blog y poder encontrar estas letras...
Fue lo mejor de esta madrugada desvelada..., Gracias!!!
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