lunes, 8 de febrero de 2010

El lugar que espera por mí

Me acostumbré a construir
un mundo imaginario,
y estoy seguro que ese mundo
está esperando por mí.

Con ese pensamiento me alivio
y encuentro un descanso,
es un escape que invento
en medio de mis dificultades,
y de vez en cuando encuentro en él
el reposo que necesito.

Cuando me escapo
camino hasta la orilla del río
y me acuesto en la arena tibia.

Las sombra de las hojas
dibuja manchas en mi cuerpo,
son tatuajes naturales
que me acompañan
por largo rato.

El sonido, ese sonido que hipnotiza
me recuerda quién soy.

Cuando llueve, los goterones del aguacero
se cuelan por la enredadera, y allí están mis ojos,
mis ojos verdes, observando como la libertad
entra por mi nariz llenándome de mil olores.

Así es como divaga mi mente y se libra
del tedio de la existencia, de los deberes
y de los pesares.

Allí soy un relámpago amarillo
dormido sobre el monte,
descanso soberano bajo la sombra
de las matas mientras mis pensamientos
empiezan a tomar su lugar,
así como lo hacen las piedras
más grandes del río.

Allí soy yo mismo, nadie me juzga,
nadie me ataca por la espalda,
sólo hay un interminable paraje verde
lleno de misterios magnéticos
parecidos a mi propia existencia.

1 comentario:

CIRUGÍA DE PALABRAS dijo...

Eres la esencia de libertad creada por ti.

Me gustó mucho!

Saludos

Vero