martes, 7 de junio de 2011

Un espejo para el cielo, el agua hasta el pecho, sus piernas y brazos rodeándolo, sus labios pegados a su cuello, la respiración tibia y lenta, los ojos cerrados, el color turquesa, la ausencia de un mundo exterior y los peces tocando sus pieles.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siendo testigo a la distancia una vieja embarcación q los aguarda pacientemente en un mar de pasión q asciende cada vez más.