Buscaba el motivo de sus acciones, pero éste era tan recóndito que parecía
la ciudad perdida de algún libro, y mientras tanto, el miedo y la paranoia fueron
carcomiendo los sueños más especiales convirtiéndolos en pesadillas.
Un día como todo en la vida, la verdad se descubrió, pero lo que más dolió
no fue haber encontrado esa realidad oculta, sino el hecho de no haber sido digno
de la confianza y sinceridad para saberla de sus propios labios.
2 comentarios:
La mayoria de las verdades duelen, nose, si es mejor no saberla y vivir engañados, seria ser Cobarde!!! aunque este mundo esta abarrotado de egoismo, corrupcion y falsarios(as).
La mayoria de las verdades duelen, nose, si es mejor no saberla y vivir engañados, seria ser Cobarde!!! aunque este mundo esta abarrotado de egoismo, corrupcion y falsarios(as).
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