Un día tuve un amigo de esos que sí se pueden llamar amigos.
En cierta ocación mientras estuve hipnotizado por la inconformidad
lo traicioné. Me culpé amargamente.
Aunque lo dejé de ver a los ojos por mucho tiempo, siempre estuvo conmigo en silencio, acompañandome en mis estupideces y aciertos.
Hoy después de muchas experiencias, lo volví a ver frente a mí en el espejo,
le sostuve la mirada y con lágrimas le pedí perdón por todo.
Hace 3 meses
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