lunes, 4 de abril de 2011

Las caras de siempre, olvidadas en el recuerdo presente de cada minuto. Olvidos temporales, que nacen y mueren a cada segundo en la memoria indiferente que nos arrastra. Un fin recurrente, una historia sin fin, un alfabeto que empieza en la z. Palabras con sentido pero sin valor, con identidad pero sin nombre, voces que las repiten sin falta, caras dobles como monedas, perdidas en la fuente de los deseos, en cofres del tesoro, en los olvidos de cada momento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me quedo respirando:

“Olvidos temporales, que nacen y mueren a cada segundo en la memoria indiferente que nos arrastra”.

Beso.