Hace 2 meses
jueves, 7 de abril de 2011
Pensé que no había otra salida, así que me acerqué al muro de piedra y lo toqué con el dedo, como era de imaginarlo, se estremeció y se partió en muchos pedazos cayendo a mis pies. Ahora tenía dos formas de salir, pero no había prisa para hacerlo, siempre había podido elegir mi camino en el momento que yo quisiera.
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