Hace 2 meses
jueves, 17 de noviembre de 2011
Tus pasos silentes sobre la hojarasca, tu peso no las quiebra, tus pies desnudos, hijos de la noche que saben volver a casa. La dulce humedad espera en medio de tí, relamiéndose en silencio. El tiempo cambia de piel y de nombre, pero no ha sabido cambiar nuestro sabor, ni los motivos que nos comieron los sueños.
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1 comentario:
ya quisiera yo... que la noche me juegue un laberinto de silencios, me sostenga los pies descalzos y me suelte a mi suerte allí dentro...
pero la noche no me habla... algo habré hecho... el día se me pasa con prisas... algo le habré hecho.
Sólo el viento y la lluvia distorsionan mi sombra, y los pies vuelan y las manos aferran las hojas...
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