martes, 15 de febrero de 2011

Sucedió tal como fué planeado, no se sabe si fue estructurado por su mente o su corazón, pero la espera le mostró la verdad de sus actos y de sus dudas con un resultado más que convincente. Se dice que esperó pacientemente, sin pronunciar palabra, manteniendo distante su prescencia hasta confirmar todo motivo y toda versión. Ese tiempo fue por mucho, el mejor invertido de todas los días que había perdido antes en su frenesí diario. Haciendo una analogía, podríamos decir que se quedó hechado sobre las ramas de un árbol, observando desde arriba y en silencio, se quedó siguiéndolo todo con su vista nocturna y con respiración apacible. Entonces, con una salvaje alegría de corazón, siguió dominando su cuerpo, y siguió viendo como se iria a desarrollar cada una de las partes de aquella ajena historia.

No hay comentarios: