Eso son los aguaceros, gotas de historias.

Cuando veo en sus ojos, siento que me caigo dentro de ella.

El dolor que une también separa, de eso se trata el olvido.

Antes que tu figura, llegó primero tu olor.
Aquel olor de las noches frías
cuando nos desnudabamos el alma
y hacíamos el amor sin tocarnos.

Escapé con tu sonrisa de humo azúl
y borré mis huellas para que el olvido
no nos encuentre jamás.

A veces soy tu demonio de la guarda.

Dejamos de ser anónimos cuando nos olvidamos de nosotros mismos.

Somos solo un recuerdo que no sabe morir.

A veces las olas que nos golpean, son solo eso, olas.